El análisis fundamental es un método para asignar un VALOR actual y futuro a un activo financiero, independientemente de su PRECIO cotizable.
* Si el VALOR que obtenemos de nuestro análisis es MENOR que su PRECIO: Pensamos dos opciones para tomar una decisión operativa :
– 1ª opción: ¿ Estimamos la opción de tomar una posición bajista?.
TOMA DE BENEFICIOS: ¿Salimos con beneficios mínimos cuando el PRECIO se mueva hacia abajo e iguale el VALOR?
LÍMITE DE PÉRDIDA: ¿ Si el PRECIO se mueve al alza hasta dónde aguantamos posición bajista ?
– 2ª opción: ¿No tomar ninguna posición hasta que el PRECIO se mueva a la baja por debajo del VALOR, para tomar entonces, posiciones alcistas ?.
¿Esta opción descarta la posibilidad de entrar en corto, pase lo que pase con el movimiento del PRECIO, para entrar en largo siempre sobre un
activo?.¿Si el precio se mueve en contra de nuestra posición y limitamos el riesgo y toma de beneficios de forma subjetiva, las consecuencias en
cualquier espacio temporal a nivel de riesgo, coste de oportunidad del capital invertido y psicológicas para el inversor podrían ser muy negativas?.
* Si el VALOR que obtenemos de nuestro análisis es MAYOR que su PRECIO: ¿Estimamos la opción de tomar una posición alcista?.
TOMA DE BENEFICIOS: ¿Salimos con beneficios mínimos cuando el PRECIO se mueva hacia arriba e iguale el VALOR ?
LÍMITE DE PÉRDIDA: ¿Dónde limitamos el riesgo de pérdida manteniendo posición alcista si el precio se mueve a la baja? ¿ Y si se mueve a la baja
con “supuestos retornos” de más de un 30,40,50,60,70%…etc? ¿ Y si se mueve a la baja durante más de 2,3,4,5,6,7,8,9,10….etc años?
Si en un futuro queríamos una estrategia de inversión ganadora de forma consistente en cualquier plazo, teníamos que desarrollar un software
que la automatizara con decisiones en la operativa: objetivas, medibles y con un marco temporal exacto.
CONCLUSIÓN:  Los beneficios eran limitados al VALOR del análisis y no obteníamos respuesta clara y concisa de cómo maximizarlos (comúnmente
“dejar correr los beneficios”) de forma objetiva y no subjetiva. Limitar el riesgo o pérdida era una cuestión de subjetividad , cuando el precio se
movía en contra de nuestra apuesta no se podía determinar ni su variación porcentual (hasta dónde llegaba el “supuesto retorno”, cuando a lo
mejor era un cambio de tendencia) ni la duración de la misma (cuándo íbamos a salir y porqué), con lo cuál el CONTROL DEL RIESGO NO ERA
FIABLE: NI PREDECIBLE NI MEDIBLE . El verbo “mover” era el que más influía en la estrategia y operativa en cada pregunta que nos hacíamos .
El ÉXITO de la apuesta, a falta de verificar si con el Análisis Técnico resolvíamos mejor la maximización del beneficio y minimización de la
pérdida, dependería en reconocer la magnitud(en términos de cotización), sentido y dirección del MOVIMIENTO de la fuerza dominante (mano
fuerte) y durante qué espacio temporal se producía.

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